Antiguamente
la vejez era sinónimo de enfermedad y dependencia, en cambio en la
actualidad se habla de un "envejecimiento activo" que
mejore la salud, la dependencia y la productividad de la persona,
pero para conseguir esto es necesario que las personas mayores
participen periódicamente en actividades físicas que además ayudan
a que sigan realizando sus actividades diarias y fomenta el contacto
social.
El
ejercicio físico previene de distintas enfermedades, mejora la
evaluación de algunas enfermedades crónicas y retrasa la
dependencia de las personas mayores.
A
continuación se expone detalladamente los beneficios de la actividad
física:
Se ha
comprobado que es efectivo para las siguientes enfermedades:
diabetes, obesidad, cardiopatía isquémica, hipertensión y
osteoporosis entre otras.
También
mejora el equilibrio, fundamental para la prevención de caidas, y el
sistema inmunitario, es decir, las defensas algo importantísimo para
las personas mayores.
Por
todo esto no hay que dejar de hacer ejercicio por tener una edad
avanzada, al contrario, hay que fomentarlo para que nuestros mayores
disfruten de una vida saludable.
Judith Alonso
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